martes, 13 de noviembre de 2012

EL DESMELENE

LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ

Ay, se me cayó uno. No. Son dos, tres, cuatro...Cuando empieza a caerse el pelo se te cae el alma al suelo. Intentás que cada pelo se te quede pegado, con moco si es necesario. Te mirás los hombros, la almohada, la pila del baño, buscando contabilizar la caída. Intentando determinar cuándo es el momento de pasar la podadora. Yo quiero estirarlo un poquito más ¡con el frío que hace!!!! Desde el principio supe que este proceso tenía determinados momentos heavy. El peor, sin dudas, es el principio, cuanto te enterás, intentás asimilarlo, los médicos te desinforman y entrás en el submundo de las quimioterapias, las medicinas alternativas y las decisiones difíciles.  Hasta que por fin, todo empieza a rodar. El otro, la operación. Este es puramente físico, quiero decir, si te duele o no. A mi me dolió un huevo y la mitad del otro, con lo cual ha sido jodido. El tema estético la verdad que me la sopla. Si hasta queda bonito! Love Marilyn Manson. La quimioterapia es otro hito importante pero que estoy llevando estupendamente. Ni náuseas, ni vómitos, ni cansancio ni ná de ná. Por ahora, claro. El 19 tengo la segunda sesión y ya veremos. Por lo pronto, la enfrento fuerte como un toro y con el ánimo arribísima. El pelo, otro tema. Claro que volverá a crecer, claro que es estética, pero quieras que no, es fuerte enfrentarte en el espejo con la enfermedad todos los días. ¡Sobretodo cuando ya no estás enferma!!! No me preocupa demasiado el tema estético de cara a los demás, tengo unos gorros que me solucionan la movida. El punto es el primer golpe de vista, el encuentro tan esperado con Kojac, con el tío Lucas (Fétido para los españoles). Tal vez termine amando mi pelada, como amo a mi Marilyn Manson, nunca se sabe. Por ahora sigo a la espera, pero en vez de contar las horas, cuento pelos. Uy, otro más, shit!

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